El dumping dentro del comercio internacional es considerada una práctica inadecuada, negativa. La misma consiste en exportar a valores inferiores al precio de mercado. En materia de derecho de la competencia se podría considerar una práctica abusiva o prohibida si se demuestra que tiende a reducir el mercado.
Lo controversial de este tipo de conductas resulta en el beneficio obvio que tiene el consumidor de dichos bienes, ya sea consumo final o intermediarios cuando hablamos de bienes intermedios o materias primas para producir otros bienes.
En el comercio internacional encontramos que usualmente ocurre porque hay un tipo de subsidio gubernamental a esos bienes. Podríamos ver subsidios directos, cuotas, subvenciones, beneficios fiscales especiales. Todo ello podría dirigirse de manera que la exportación es “rentable” a precios menores que el de otras jurisdicciones, gracias a esas subvenciones. El país receptor podrá, entonces, iniciar los procesos para quejarse de estas prácticas.
En materia de competencia, igualmente, podría considerarse perjudicial si un agente económico utiliza las ganancias de otro producto para bajar sus precios en un segundo producto con el afán de ganar más participación de mercado.
En ambos casos, las leyes aplicables permiten procesos contra los “malos competidores”.
Ahora bien, si giramos el enfoque a los clientes, podemos intuir otro resultado.
Si el gobierno A otorga un subsidio a un producto, ese producto puede bajar su precio y en el país B, los ciudadanos podrán comprarlo por menos precio. El país B no necesariamente pierde. En su aspecto neto, la operación quizás es una gran ganancia social. El menor precio liberó recursos para otras necesidades. Puede ser temporal, pero es una ganancia social neta. Evidentemente el que pierde en el país B es un productor o comercializador específico.
Ese mismo ejercicio podemos hacer en el contexto de la práctica local con leyes de competencia. La ganancia social neta puede ser superior gracias a la reducción de precios de un producto. El perdedor es, probablemente, un agente particular y específico.
De tal manera, socialmente es posible que la mejor estrategia frente a un dumping internacional sea enviar una carta de agradecimiento a los pagadores de impuestos que han permitido que su dinero favorezca a un productor específico y a los ciudadanos de otro país.
De la misma forma, el subsidio de productos sea algo que agradecer por abaratar el presupuesto familiar.
Loa dejo con la reflexión para la discusión.
Mario E. Archila.

Estoy totalmente de acuerdo con lo que escribes. Se favorecen a unos (privilegios), de daña a otros (pobrecitos así que hay que darles subsidio), y así sigue la cadena de distorsiones.
Un abrazo,
Carolina Castellanos