Impactos y retos de las leyes de competencia

El análisis económico de la legislación de competencia se centra en la eficiencia, que incluye tres componentes básicos: eficiencia en la producción, asignación e innovación. La eficiencia en la producción se logra utilizando la combinación más efectiva de recursos disponibles, mientras que la eficiencia en la innovación se refiere a la creación y difusión de nuevos productos que aumentan la riqueza social. La eficiencia en la asignación se obtiene cuando los bienes se distribuyen a quienes los valoran más, logrando una eficiencia paretiana.

Aunque se suele pensar que el proceso competitivo es el resultado de la rivalidad entre empresas por la aceptación de sus productos por parte de los consumidores, en realidad las empresas no compiten directamente entre sí como una rivalidad de X contra Y. Cada empresa, al actuar en el mercado, desarrolla estrategias, acciones e innovaciones para satisfacer necesidades al menor costo posible para el cliente y obtener la mayor utilidad posible para sí misma. Las compañías más eficientes podrán prescindir de la idea de que compiten contra alguna otra en particular, dado que todos compiten por los mismos recursos escasos de los clientes, no entre sí.

Por lo anterior, los resultados eficientes benefician al consumidor mediante precios más bajos y un mayor excedente del consumidor. La perspectiva habitual de estas leyes y las autoridades de competencia indica que las prácticas restrictivas de la competencia, como la colusión y las estrategias de precios predatorios, pueden limitar la competencia y perjudicar a los consumidores, aunque muchas veces el consumidor es el que se beneficia más de las prácticas o, en el caso de innovaciones, las prefiere, aunque a ojos de personas con otras preferencias pareciera que es una preferencia irracional.

Componentes del Análisis de Eficiencia

Los tres componentes básicos de un análisis económico de eficiencia son:

  1. Eficiencia en la producción,
  2. Eficiencia en la asignación y
  3. Eficiencia en la innovación.

Cada uno de estos componentes juega un papel crucial en la promoción de mercados competitivos y en la mejora del bienestar del consumidor. Debido a la complejidad de las interacciones del mercado, el análisis externo a menudo se realiza desde una perspectiva estática. Esto puede impedir ver que prácticas consideradas “excluyentes” o “predatorias” podrían beneficiar al consumidor y a la dinámica de competencia a mediano y largo plazo.

Eficiencia en la Producción

La eficiencia en la producción se alcanza cuando los bienes se producen utilizando la combinación más efectiva de recursos disponibles bajo la tecnología existente. Esto significa lograr el mayor nivel de producción con los menores costos posibles. Estas prácticas optimizan el uso de recursos, aumentan la productividad y reducen los costos operativos.

Eficiencia en la Asignación

La eficiencia en la asignación se obtiene cuando el stock existente de bienes e insumos se distribuye a aquellos compradores que los valoran más, generalmente a través del sistema de precios. Este concepto está estrechamente relacionado con la eficiencia paretiana, una situación en la que no se pueden reasignar los bienes o recursos para mejorar las condiciones de algún agente sin perjudicar a otro. Un caso ilustrativo de eficiencia en la asignación es el uso de inteligencia artificial en la asignación de recursos en procesos de fabricación manual, como se observa en el caso Pikokaizen (Leerlo acá). Esta tecnología permite reducir el tiempo de entrega y mejorar la flexibilidad y proximidad en la atención a los mercados.

Eficiencia en la Innovación

La eficiencia en la innovación, también conocida como eficiencia dinámica, se refiere a la capacidad de una economía para generar y difundir nuevos productos que incrementen la riqueza social. Este tipo de eficiencia es fundamental para el crecimiento económico a largo plazo, ya que fomenta la creación de tecnologías y procesos innovadores.

Los ejemplos más importantes, históricos, de innovación que podríamos tener en mente son los grandes avances en productos y formas de hacer negocios de John D. Rockefeller. Si bien, por esos mismos avances se le acusó de prácticas anticompetitivas, la evidencia indica que su “gran poder” derivaba de bajas constantes en los precios al público e innovaciones científicas que le permitían ser rentable por encima de sus demás “competidores”. Para mayor comprensión del caso Esso Standard, puede leer este artículo.

El Proceso Competitivo

Las firmas compiten por la aceptación de sus bienes o servicios por parte de los consumidores, ya que mientras mayor sea el número de unidades que coloquen en el mercado, mayor será su proporción de ingresos. Los resultados eficientes desde el punto de vista de la firma están vinculados con el bienestar del consumidor, ya que precios más bajos aumentan el excedente del consumidor, es decir, la diferencia entre el precio que un consumidor está dispuesto a pagar y el precio que efectivamente paga.

Paradigma Estructura-Conducta-Desempeño (ECD)

El paradigma Estructura-Conducta-Desempeño (ECD) sostiene que la estructura del mercado (concentración del mercado, condiciones de entrada y grado de diferenciación del producto) determina la conducta de las empresas (precio, investigación, inversiones, publicidad, etc.), y esta conducta a su vez determina el desempeño de las empresas. Este desempeño se refleja en variables como la relación entre el precio y el costo marginal, la gama de productos, la tasa de innovación, los beneficios y la capacidad de distribución.

Prácticas Restrictivas de la Competencia

Las prácticas restrictivas de la competencia pueden dividirse en tres grupos básicos: prácticas colusorias, prácticas exclusionarias y conductas de explotación.

A) La colusión, por ejemplo, consiste en un acuerdo entre competidores para limitar la competencia entre ellos, lo que los convierte en un monopolio. Las tres conductas clásicas que caracterizan a un cártel son: la fijación de precios monopólicos, restricción de la producción y asignación de territorios o grupos de consumidores.

B) Las prácticas exclusionarias son aquellas conductas que dificultan la permanencia de competidores en el mercado o impiden la entrada de nuevos competidores. Entre ellas se incluyen: precios predatorios, exclusión de acceso a instalaciones esenciales, descuentos de fidelidad, ataduras y ventas vinculadas (obligar a los clientes a comprar un producto adicional o complementario junto con el producto principal, dificultando la entrada de competidores en el mercado del producto complementario), y negativa a suministrar.

C) Una conducta de explotación en materia de competencia se refiere a prácticas abusivas llevadas a cabo por una empresa que tiene una posición dominante en el mercado. Estas prácticas están diseñadas para explotar a los consumidores o a otros participantes del mercado, aprovechando su poder de mercado para obtener beneficios excesivos o imponer condiciones injustas. Entre ellas se incluyen: precios excesivos, condiciones comerciales injustas (por ejemplo, una empresa dominante podría exigir contratos de exclusividad que impidan a los proveedores trabajar con competidores), discriminación de precios y limitación de la producción.

Si bien estos conceptos buscan precisar un marco de aplicación de las sanciones en materia de competencia, el grado de subjetividad para analizar los datos y formarse conclusiones puede estar sesgado por el tipo de ideología que tenga el analista, así como el conocimiento de economía y derecho que pueda tener quien aplica la ley.

Actualmente, ante la falta de reglamentos para la Ley de Competencia, debemos comenzar a analizar nuestras conductas, comunicaciones, publicidad y contratos para identificar focos de riesgo que deberán ser corregidos en los próximos 23 meses. Esto nos permitirá alinearnos con la legislación y los futuros reglamentos antes del 9 de diciembre de 2026, cuando entre en vigor la sección de protección de la competencia de la ley.

Mario E. Archila

Publicado por Mario E. Archila

Si bien soy abogado, siempre he tenido una pasión por los valores y la forma en que las personas toman sus decisiones. Soy catedrático y eso me ha llevado a estudiar cosas alejadas de mi profesión inicial. Un amigo dice que soy el "abogado con valores", pues paso mucho tiempo educando en cómo tomar esas decisiones de la vida, administrar correctamente el tiempo, fijarse metas y lograrlas... Espero que te ayude lo que acá encontrarás.

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