Impredecible querer controlar concentraciones

Se sigue discutiendo en el Congreso si necesitamos una ley de Competencia. Hay posturas a favor y en contra, claro. Yo no oculto que mi postura es contra una ley del tipo que se pretende. Preferiría que fuera una acción judicial directa con acciones inmediatas que impidan cosas como negarse a vender injustificadamente o pactos de restricción de oferta. Sin una autoridad intermedia, sino directamente al tribunal de orden comercial.

Claro, no me están preguntando. Ahora bien, ¿por qué me opongo? Es un tema de dinamismo de mercado. El mercado es un término que recoge un orden que se causa por las acciones y reacciones que las personas tienen dentro de cierto marco legal. Si ese marco legal pretende resultados específicos de las personas, seguramente mató el dinamismo. Tendremos economías estancadas, poco productivas y concentradas por necesidad. Las leyes de competencia usualmente causan esas intervenciones.

Un ejemplo palpable en Guatemala es el mercado del pan. Muchos son muy jóvenes para recordarlo, probablemente, pero en Guatemala el pan fue un producto que era cada vez más feo. Principalmente el pan de rodaja o sandwich.

En los años 70 y 80, el mercado estaba “repartido”. Había varias panificadoras produciendo y vendiendo el famoso pan sandwich. Mi experiencia de consumidor: todo era bastante feo. Incluso el llamado pan francés era de muy mala calidad. Las panaderías lo hacían cada año más chiquito. Eran tiempos en los que un pickup se aparecía en la calle y tocaba su bocina: el señor del pan. Artesanal, malo, pero con entrega a domicilio. Y en el supermercado, el pan sandwich poroso, insípido, duro.

En 1990 el gigante mexicano Bimbo entra a Guatemala construyendo una planta. Todo empieza a cambiar. La calidad del pan Bimbo simplemente era distinta a lo que acá se tenía como norma. Gana muchísimo espacio de mercado. Recuerdo haber escuchado una entrevista de cómo las panificadoras locales, creo que se hablaba que eran unas 6 o 7, cada vez perdían más espacio de mercado gracias a la gran inversión de Bimbo. La estrategia de algunas de esas panificadoras fue unirse.

Imaginemos que Bimbo hubiere ganado 30-40% del mercado en esos años, las 5 panificadoras que se unieron (si no me falla la memoria fueron 5) hubieren sido, en conjunto, el 40% del mercado. Quedaron, luego de la fusión, 3 o 4 operando.

Hoy día, la oferta de pan ha mejorado muchísimo. Se tienen panaderías de cadena, artesanales, unas muy boutique, pan sandwich de varias calidades, etcétera. Si hubiere existido una autoridad de competencia en 1990, probablemente, se hubiere opuesto a una concentración tan grande, lo que hubiere llevado al surgimiento momentáneo de un enorme del pan en Guatemala que hubiere desplazado a esas panificadoras que quisieron unirse para evitar salir del mercado.

En esa entrevista, recuerdo, que había un comentario del gerente general de Bimbo Guatemala, hablando de cómo luego de la fusión, esa nueva panificadora salió con productos de mucho mejor calidad y precio. Se mejoró.

El hoy es el resultado de esa anécdota. El dinamismo propio de una inversión disruptiva que llevó a que existiera un nuevo mercado, gracias a la necesidad de buscar ganarse al consumidor nuevamente.

Más competidores no quiere decir mejores precios ni mejores productos. Menos competidores no quiere decir más caro y malo.

Mario Estuardo Archila M.

Publicado por Mario E. Archila

Si bien soy abogado, siempre he tenido una pasión por los valores y la forma en que las personas toman sus decisiones. Soy catedrático y eso me ha llevado a estudiar cosas alejadas de mi profesión inicial. Un amigo dice que soy el "abogado con valores", pues paso mucho tiempo educando en cómo tomar esas decisiones de la vida, administrar correctamente el tiempo, fijarse metas y lograrlas... Espero que te ayude lo que acá encontrarás.

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