Fusiones y Adquisiciones

Hace unos años se nos presentó el reto de cómo realizar una fusión de operaciones de dos compañías con accionistas similares, pero no iguales, que por su número sería imposible de lograr mayorías especiales para aprobar una “simple fusión”.

Recordemos que para fusionar se requiere un quórum especial, situación que ya teníamos complicada. Luego, el hecho de no ser accionistas idénticos nos llevaría a los escenarios de posibles impugnaciones o bien, reclamos por contingencias que surgieran de la “otra” compañía por la operación anterior. A nuestro favor estaba que todos los accionistas que sí se involucraron en las decisiones de las asambleas previas querían que las operaciones se concentraran en una sola compañía y aprovechar de mejor manera las sinergias que podían lograrse, así como la reducción de gastos administrativos que eso implicaba.

La solución se planteó en forma de una fusión operativa, no legal. Una estructura de varios pasos en la que los activos productivos quedarían en una única compañía y los accionistas podrían mantener sus participaciones proporcionales en ambas operaciones.

El primer paso consistía en la creación de una tercera sociedad que recibiría los activos. Los balances fueron el punto de partida para establecer el valor de los activos, así como la fijación de los valores en libros de las acciones de cada una de las sociedades iniciales.

Completados los aportes, el siguiente paso era poder hacer un canje (swap) de las acciones para permitir que los accionistas quedarán directamente como accionistas del tercer vehículo constituido. para ello, se constituyó una sociedad en el extranjero que permitiera que las sociedades aportantes de los activos trasladaran las acciones de la tercera sociedad a esa entidad extranjera y luego los accionistas de las aportantes canjearan sus acciones con la extranjera, a cambio de recibir el valor equivalente en acciones de la tercera sociedad.

La labor de la administración, de aplaudir, fue la construcción de la comunicación con los accionistas a modo de validar en cada paso que su patrimonio -activos, operaciones, intangibles- se mantenía íntegro. Trasladar la información con la claridad necesaria para poder hacer el canje de acciones con los valores establecidos, garantizando a cada accionista que su participación seguía siendo misma en la nueva operación conjunta no solo era el reto, sino la condición necesaria para que todo pudiera realizarse sin ningún problema.

Hoy día, más de 10 años después, la sociedad ha consolidado su operación y nunca se recibió reclamo alguno. El valor de las inversiones ha subido, logrando, con el paso del tiempo, demostrar que la consolidación operativa era el camino más rentable para la operación.

Estas complejas operaciones requieren conocimiento técnico, equipos contables y legales alineados, pero un equipo administrativo que sepa consolidar operaciones, comunicar con claridad a los interesados -accionistas, clientes, proveedores- siguiendo pasos específicos.

El reto de las fusiones está, también, muchas veces en verlas más allá de las formas normales, con el propósito de resolver los retos formales o bien regulatorios que sería imposible con esquemas normales. Tal este caso en el que por existir más de 100 accionistas con porcentajes muy pequeños, se hacía imposible el quórum para poder tomar las decisiones formalmente, aunque la totalidad de los accionistas que siempre participaban en las asambleas unánimemente coincidían que era mejor consolidar la operación.

Obviamente siempre existen posibles cuestionamientos, tales como los que podrían hacer bancos que financias operaciones comerciales o bien autoridades a las que debe rendirse información, tales como Registros Públicos, Administración Tributaria o, en algunas jurisdicciones, autoridades de competencia.

Un equipo legal preparado y con profundo conocimiento de las distintas ramas del derecho puede realizar estructuras que permitan que esos procesos se lleven a cabo, dejando claro que todo está dentro del marco legal. Claramente, el equipo administrativo que deba ejecutarlo tiene que ser de altísimo nivel y generar tal capacidad de comunicación y transparencia que no permita dudas en el proceso.

Ya hace más de 10 años y me sigue pareciendo increíble que hayamos podido hacerlo con tantos factores iniciales en contra.

Mario E. Archila

Publicado por Mario E. Archila

Si bien soy abogado, siempre he tenido una pasión por los valores y la forma en que las personas toman sus decisiones. Soy catedrático y eso me ha llevado a estudiar cosas alejadas de mi profesión inicial. Un amigo dice que soy el "abogado con valores", pues paso mucho tiempo educando en cómo tomar esas decisiones de la vida, administrar correctamente el tiempo, fijarse metas y lograrlas... Espero que te ayude lo que acá encontrarás.

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