Estamos acercándonos a la fecha que nuestro gobierno fijó para obligar a que el combustible para vehículos tenga etanol. El reglamento general de la Ley de Alcohol Carburante, establecido en el acuerdo gubernativo 159-2023, fija el 2025 como año para hacer esta mezcla obligatoria.
Sin entrar a discutir los daños que el etanol puede causar a los motores (https://bgprodservicios.es/los-problemas-con-el-etanol-como-proteger-los-motores-de-gasolina/ o https://www.motorpasion.com.mx/industria/etanol-para-autos) es totalmente impensable para un mercado libre y una “competencia sana” que el gobierno oblique a esta mezcla. O, en su defecto, a cualquier mezcla o especificación para poder vender un producto en el mercado.
El combustible no tiene por qué ser mezclado con etanol desde una perspectiva de libre mercado. Esta mezcla podrá o no beneficiar a un sector o persona en particular, es lo de menos, pero daña a todos obligándonos a comprar un combustible con características específicas y, además, que puede causar daño a ciertos motores, por lo que hay que, también gastar más en mantenimiento o adaptación de los motores, o bien, cambiar de vehículo.
Este tipo de reglamentos, absurdos desde una visión de libre mercado REAL, son los que hacen que un país como Guatemala crezca moderadamente y no a la velocidad que un mercado libre realmente crecería. Estamos llenos de este tipo de reglamentos y regulaciones que propician concentraciones económicas, comportamientos de cártel, manipulación de territorios, etcétera.
Mientras esto ocurra, andar proponiendo leyes de protección al consumidor y de competencia parece más una estupidez -en el término clínico- que una seria propuesta con la intención que Guatemala sea un mejor país.
Este nuevo gobierno, como no es el responsable de la aprobación de ese reglamento, todavía está a tiempo de derogarlo para abrir mercado. Le doy un tip: en su caso, no lo haga obligatorio, simplemente coloque un rubro más de especificación: gasolinas E5 y E10, así cada gasolinero decide si la vende o no y cada dueño de vehículo decide si la compra o no. El libre mercado se basa en la decisión individual, por lo que cuando el gobierno decide por uno, ya no es libre mercado.
Piénselo, presidente.
Mario E. Archila M.
